SIGNIFICADO DE LA CENA DEL SEÑOR
“Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.” 1 Corintios 11:23-26
- ¿QUE ES LA CENA DEL SEÑOR? La «cena del Señor» (1 Corintios 11:20) es un acto solemne de adoración en la que los cristianos conmemoramos el supremo sacrificio de Jesús. Pablo dice que Jesús dijo, «haced esto en memoria de mí» (1 Corintios 11:24).
- ¿QUIENES PUEDEN PARTICIPAR? La Cena fue instituida para la Iglesia de Dios, para la familia de los redimidos. Todos los miembros de esta familia debieran tomar parte allí. No es correcto que los hermanos encargados de pasar el pan y el fruto de la vid escojan a quién servir y a quién no. Ellos no son jueces de las vidas y los corazones de la gente.
- ¿QUE TIPOLOGIA TIENE LA CENA DEL SEÑOR? Es representación de la liberación de Israel de la esclavitud en Egipto. Éxodo 12. Antes que Israel saliera de Egipto, el Señor le indicó a Moisés que el pueblo debía participar de la cena de la pascua, en la que se debía sacrificar un cordero sin defecto, rociar la sangre del sacrificio en los dinteles de las puertas y ventanas, asarlo y comerlo con panes sin levadura y hiervas amargas; además, debían comerlo con los lomos ceñidos, con el calzado puesto y con el bordón en la mano. A partir de allí cada vez que los israelitas celebraban la pascua, recordaban cómo Dios los había librado con mano poderosa de la esclavitud de Egipto para conducirlos hacia Canaán. De forma similar, ahora la Cena del Señor nos recuerda cómo Dios nos libró de la esclavitud del diablo y del pecado, para salvarnos, liberarnos, restaurarnos y conducirnos a la vida en abundancia por medio del sacrificio de su Hijo Jesucristo y la obra del Espíritu Santo.
- ¿Qué beneficios trae La cena del Señor? La Biblia muestra que son muchos los beneficios de participar de la Cena del Señor, veamos algunos:
- Vida Zoe, vida eterna y resurrección. Juan 6:51-54
- Permanecer en el Señor. Juan 6:56
- Ser viviente., Juan 6:57
- Se abren nuestros ojos espirituales para reconocer al Señor. Lucas 24:30-31
- Fortalecerse, sanar y tener vida. 1 Corintios 11:30
- No ser juzgados ni condenados con el mundo. 1 Corintios 11:31-32
- Tomar la imagen de Jesucristo. 1 Corintios 15:48
El Poder Espiritual que viene de “La Cena Del Señor”
“ Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.” Juan 6:53, 55-56
Los elementos del pan y del fruto de la vid, permanecerán siempre siendo pan y extracto de uva pero en la realidad invisible, el Cuerpo y la Sangre de Jesús se harán presentes en una forma grandiosa en nuestro espíritu. Cuando los elementos son santificados para participar de la Cena del Señor, o Comunión, la presencia de Cristo es evidente en medio nuestro, esto no es un ritual, y espiritualmente es más que un memorial. Es algo genuino y verdadero que sucede en el mundo invisible. Nuestro espíritu, literalmente beberán de Su sangre, y se unirá a Su carne y a Su cuerpo. Nuestro espíritu absorberá dentro de sí, la vida de Dios, y todo lo que está contenido en Su carne y en Su sangre, Dios y el hombre se irán mezclando entre sí, hasta que seamos totalmente consumidos dentro de Él. Es la misma naturaleza de Dios, penetrando nuestra humanidad, para hacer de nosotros, seres unidos en un solo espíritu con Él. Esta comida espiritual afecta todo nuestro ser. No es un símbolo muerto, sino un vínculo que une los cielos y la tierra en Jesucristo.
El poder contenido en la Sangre de Jesús
Hebreos 9 y Juan 6:53-58
Cuando bebemos de Su Sangre, todo nuestro espíritu se va inundando de ese poder glorioso. Y de ahí bebe nuestra alma y luego nuestro cuerpo, hasta que todo nuestro ser se impregna de ese poder que no puede ser vencido alcanzando plenitud, vida, amor, perdón, paz de espíritu, victoria total. Entrando en el nuevo pacto de Su sangre como una llamarada de luz y de poder que disipan las tinieblas a nuestro alrededor. Su sangre emana un poder que juzga y destruye todo lo que se opone a la justicia del altísimo. Todo lo que se interponga a la voluntad de Dios, la sangre lo destruirá. El Poder de la Sangre de Jesús es un fuego abrazador que el Diablo no puede resistir. En la Sangre de Jesús está representada la autoridad de Dios. Es una Sangre que habla de Su victoria, que le recuerda al diablo como el sacrificio de Jesús desato el poder de Dios sobre todo el infierno arrebatándole al diablo las llaves de la autoridad sobre la tierra y sobre los hombres. Su sangre tiene poder para abrir lo imposible; es una fuerza de avanzada y de rompimiento que derriba muros, deshace montanas. El poder de Su sangre destruyó el imperio de Satanás y removió los cimientos del infierno. La sangre de Jesús es un torrente de poder tan grande que derriba las fortalezas del diablo en el mundo espiritual. Los cielos se abren porque la sangre tiene un poder que abre todo lo que la obstaculiza. Dice la Palabra que el hijo de Dios fue manifestado para deshacer las obras del diablo. Y la sangre de Jesús es el mayor elemento de intercesión, con que Jesús ora por nosotros delante de su Padre. Cuando la Sangre de Jesús es manifestada en el reino de las tinieblas, produce un sonido de Juicio, tan fuerte, que aterroriza a todos los ejércitos del diablo. Ese sonido abre las tinieblas más densas, para que se manifieste la presencia de Dios. Manifiesta la Sangre de Jesús que está en ti. La sangre de Jesucristo tiene un valor, poder y significado de salvación, de sanidad, de liberación y de poder que no podemos despreciarlo, ni minimizarlo, sino más bien valorizarlo, por lo que tomar la cena del Señor tiene una repercusión espiritual poderosa y profética inigualable. Por ello dice el Señor que cada vez que comiéramos de este pan y bebiéramos de esta copa la MUERTE DEL SEÑOR ANUNCIAMOS HASTA QUE EL VENGA, su muerte redentora, su muerte salvadora, su muerte sustitutiva, su muerte libertadora, su muerte libertadora, pero también su resurrección victoriosa, su resurrección vencedora y aplastante. Anunciamos su segunda venida y siendo la copa el símbolo del nuevo pacto en su sangre, practicar la cena del Señor o Santa Cena se convierte en un arma espiritual poderosa y en una anunciación profética maravillosa. Por esa razón se menciona la sangre de Cristo de forma profética y contundente en el libro de Apocalipsis, de donde extraemos estos versos:
“ Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte”. Apocalipsis 12:11
“Y yo le respondí: Señor mío, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.” Apocalipsis 7:14
“y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos libertó de nuestros pecados con su sangre,” Apocalipsis 1:5
“Y cantaban un cántico nuevo, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación.” Apocalipsis 5:9
“Y está vestido de un manto empapado en sangre, y su nombre es: El Verbo de Dios.” Apocalipsis 19:13
El poder contenido en el Cuerpo de Jesús
Hebreos 10:10, Juan 6:53-58 y 2 Corintios 4:10-12
Al comer el pan nos sumergimos en el cuerpo espiritual de Cristo aquí en la tierra. Al comer el pan, Jesús se revela a nosotros y en nosotros; Jesús a través de Su muerte produjo la vida en nosotros, Su cuerpo llagado produjo sanidad y salud. Su humildad venció el orgullo, Su verdadero amor desarmó el odio. El comer de Su carne nos abrirá los ojos de nuestro entendimiento, para que conozcamos todas las riquezas que Él nos ha otorgado, y para podamos verlo a cara descubierta. Nuestros ojos son abiertos para mirarle y nuestros oídos le pueden oír.
El Señor nos imparte de Su propia vida, y nos injerta en Su cuerpo; donde El es la cabeza, y nosotros Su propio cuerpo moviéndose en total armonía con Él. Ser Su cuerpo es una verdad clara. Es ser literalmente Jesús en la tierra, con toda Su autoridad y Su virtud. Cada vez que como de Su cuerpo, voy edificando Su morada en mí, y se va formando el mismo dentro de mí. Su cuerpo fue herido para darnos sanidad y salud, Su cuerpo crucifica nuestra carne, su cuerpo es el verdadero mana (alimento) espiritual que nos sustenta y nos da fuerza sobrenatural. Por eso es tan importante participar de la Santa Cena en comunidad, en congregación, en familia. Entendiendo que la Cena del Señor es la continuación de la pascua judía que se practica en familia, ahora la Cena del Señor, aunque puede ministrarse en la casa con la familia, el Señor la practicó al finalizar una celebración de Pascua, con su nueva familia, sus discípulos, que no tenían su mismo apellido, pero si estaban siendo edificados en su mismo ADN, en su impronta que es la palabra de Dios. El cuerpo de Cristo fue lacerado, escupido, latigueado, horadado, y “por su llaga fuimos nosotros sanados”, cuando 1 Corintios 11 advierte que no participemos de la cena del Señor si no somos capaces de discernir su cuerpo, eso implica que para discernirlo debemos ser parte del mismo y tener la revelación del Espíritu Santo para dimensionar correctamente la profundidad y significado del cuerpo glorioso de Cristo. El cuerpo de Cristo fue entregado como el último sacrificio para ser santificados en Él (Por esta voluntad hemos sido santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo ofrecida de una vez para siempre Hebreos 10:10) por lo que el significado de participar del pan en la santa cena, va mucho más allá de solamente recordar a Jesús, sino que manifiesta la santidad a la que hemos sido incluidos por la ofrenda del cuerpo de Jesús, que al resucitar lo hizo con un cuerpo glorificado, diferente, glorioso, al que todos los que hemos creído en dicho sacrificio, tendremos acceso cuando resucitemos. El pan que dice Juan 6:53-58 es el maná insustituible e incorruptible del cielo, que al comer de él no tendremos hambre jamás y es el compromiso colectivo, unido y consciente de vivir una vida de santidad, llevando por todas partes en nuestro cuerpo visible, las marcas de de vida de Cristo Jesús y así se manifieste en nuestro cuerpo mortal, la inmortalidad de Jesús.
“llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús , para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal”. 2 Corintios 4: 10-12
CONCLUSIÓN
Cuando sepamos y tengamos de participar de la cena del Señor, comunión o Santa Cena, hagámoslo conscientes de la trascendencia espiritual, eterna y poderosa que esta institución de Jesús tiene, hagámoslo expectantes de ver el poder de Dios manifestado en milagros, sanidades, salvación y liberación, hagámoslo en santidad, en unidad con el resto de integrantes del cuerpo de Cristo y hagámoslo sin menospreciar la importancia que este sacramento o señal de vida tiene.